Sunday, June 21, 2009

El Abuso: Calle De Doble Sentido

La policía llegó al lugar alertada por los vecinos. Los alaridos impotentes y despavoridos alarmaron a la vecindad. Todas las noches, la misma historia, la misma retahíla: “! No me pegues por favor! ¡Por qué me maltratas si lo único que hago es quererte! ¡Aquí está todo mi salario, tómalo, pero no me golpees! ¡Hay! ¡Hay! ¡Ya no, ya no! ¡En la cara no me des!” Después, un largo silencio acompañaba la golpiza. Cada noche: una tortura nueva. Cada noche los gritos daban más lastima y más desesperación para los que escuchaban el escándalo.

Una noche de luna llena, la paciencia de los vecinos llegó a su límite y la policía fue advertida para que interfiriera en el asunto. Los gritos de sufrimiento y sollozos de terror daban espanto. El dolor penetraba la noche a través del eco de tanto chillido ahogado en angustia. Cada noche parecía un purgatorio. Cada noche un maltrato nuevo.

Cuando llegaron las autoridades, no podían creer lo que miraban sus ojos. Jamás habían visto una escena horripilante tan escalofriante. La victima se encontraba desnuda postrada en la cama esposado, con moretones por todos lados, un brazo quebrado, un labio roto, ojos morados y una cara de pánico que daba pena. Mechones de cabello suelto por todos lados y parafernalia sádica adornaba el aposento. Al llegar la ambulancia y revisar a la victima más detalladamente, le encontraron alfileres y quemaduras en los testículos, casi mutilados. El pene presentaba quemaduras de braza en la testa. Tres espinas fueron extraídas del ruedo anal. Sadismo de primera fila.

Cuando la policía le preguntó a la victima: ¿Por qué usted no dio parte a la policía antes? La victima contestó con lágrimas de sangre: “¿Usted cree que la policía me hubiera creído? ¿Han visto ustedes alguna vez a un hombre abusado por su mujer? A lo mejor todos se burlarían de mí.” Al terminar de decir esto, todos los policías presentes se miraron unos a otros aguantándose la carcajada, mientras que una voz femenina gritaba: “Poco hombre. Te voy a enseñar a ser macho cabrón de mierda. Y cuidado con abrir la boca que cuando salga te termino desgraciado.” Era la voz de la mujer de la victima.

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