Saturday, April 4, 2009

Hermafrodita Y La Sociedad Moderna (cuento)


Hermafrodita Versión en Español.



En la sala de partos del Hospital Malparaíso, cosas interesantes ocurren. Uno, en cada 33 mil partos, resulta ser un caso de hermafrodita. Esta es una “anormalidad” bastante rara, pero que según la Ciencia, “puede ser corregida.” Un doctor llamado Plutarco Machado, quien también tiene un doctorado en Teología, opina fuertemente, “¿que sería de este mundo si dejáramos esparcir un tercer genero sexual? Sería en contra de la naturaleza, contra las normas de la sociedad, y mas peor todavía, en contra de los designios de Dios.” Como podemos observar, para el doctor Plutarco Machado, Dios creó al hombre y a la mujer y ahí terminó su creación humana. Entonces cabe preguntarse, ¿como uno puede explicar que hay ocasiones en las cuales un recién nacido viene al mundo con ambos órganos sexuales, hembra y barón? Al final, claro, Dios y la Naturaleza son eliminados de la ecuación, y la culpa es depositada, arbitrariamente, en los genes reproductivos de los padres. En este hospital, como en la mayoría, estos tipos de casos son tratados como anormalidades, como cuando un bebe nace con seis dedos o tres orejas lo cual puede ser solucionado y corregido si son tratados con cirugía plástica re-estructural. Usualmente, este tema de hermafrodita es gasolina y dinamita que explota en los más grotescos y crueles mitos y bromas de mal gusto. Es un tabú hablar de ello en público. El tópico es bastante delicado y complicado, y cuando uno trata de buscar fuentes de información referentes a este tema en Literatura médica, excepto en Mitología, lo único que encuentra son vulgares opiniones tropezadas.

Como resultado, hermafrodita es castrado tan pronto asoma en este mundo. Tan pronto, “El/Ella” hace su entrada a este mundo convicto de “Ellos” y “Ellas,” los confundidos padres de la criatura tienen que hacerla de Dios y decidir, forzosamente, que orientación sexual ellos quieren que su recién crío sea cuando crezca. “Después de todo,” Dr. Plutarco argumenta, “es la responsabilidad de los padres enmendar tal error.” (¿Error, pero cual error?). A partir de aquí, esta carnicería humana es meticulosamente practicada como un sagrado secreto en el Hospital Malparáiso. Esta práctica es más celosamente guardada que el Juramento Hipocrático que hacen los médicos al graduarse. Los individuos crecen sin saber nunca sobre este incidente decisivo en sus vidas. Se vuelve un secreto de secretos. Ni siquiera los padres se atreven a discutir el asunto en privado, mucho menos en público, pues no quieren ser vistos por sus vecinos como gente extraña ni tampoco quieren confundir a su cría. De inmediato, la trama rápidamente es suprimida y relegada a las esferas del subconsciente, tal y cual nunca ocurrió.

Sin embargo, yo me pregunto, ¿que habrá cruzado por la mente de estos indefensos y confusos padres en el mismo momento de tomar dicha decisión? Solamente puedo imaginarme la magnitud de sus dudas y ansiedades, pues no estamos hablando de una simple circumcicion o corrección de dedos. El destino de un ser humano esta en juego, una alma frágil e inocente. Persuadidos por mecanismos sicológicos de auto defensa y excusas de toda clase, la drama continua. “¿Como nombraremos al bebe, Ramón o Ramona?” Le dice el padre a la madre tratando de confortarla con una leve sonrisa en los labios y un humor semi-oscuro en los ojos. En ese instante, la madre ha de haber bajado la mirada tratando de ocultar la cara debajo de las ya manchadas sabanas blancas, y con una media sonrisa e inocente culpa responde: “Yo siempre quise tener una niña.” Al admitir su preferencia sexual, su voz tomó matices de un susurro casi audible lleno de cubierto pavor. Y así, en un santiamén, con un poquito de humor sombrío y la complicidad de ambas partes, Hermafrodita es sacrificada en al altar vertical de nuestra querida sociedad de dos-pilares -solamente, con sus dos géneros exclusivos. Un abismo es creado en el medio. El abismo es tan profundo e imperceptible, lo suficiente como para crear un infierno viviente en la vida de muchos individuos con buen corazón y natural inocencia. El señor Sociedad no acepta ni admite “raros” comportamientos o individuos en su pueblo.

Lo que si suena “raro,” e interesante de notar es que el Dr. Plutarco es el pionero y sobresaliente especialista en cirugías plásticas y procedimientos de cambios de sexo. Además, también es el propietario de una cadena de “tabloides” encargadas de diseminar desinformación sobre hermafrodita. El/Ella es mostrado como un fetish de otro mundo. Dr. Plutarco ha hecho una exorbitante fortuna, y sus socios están muy contentos con el. Las operaciones de cambio de sexo, hombres deseando ser mujeres y mujeres deseando ser hombres se ha convertido en una lucrativa y demandante industria en el Hospital Malparaíso. Está en ascendencia como la espuma de las nuves. No obstante, Dr. Plutarco se rehúsa rotundamente a practicar una operación de cambio de sexo a su propia hija Ramona.

Como les dije al principio de esta historia, en el Hospital Malparaíso, cosas interesantes ocurren. Pero algo si es cierto, a la Naturaleza, no se le puede coger de tonta y tarde o temprano sigue su rumbo natural. Al pasar el tiempo, Ramona se hizo una famosísima sicóloga y excelentísima sexóloga. La última vez que yo oí hablar de ella, ya no era Ramona sino oficialmente Ramón.

En el otro extremo, Dr. Plutarco ha reflexionado acerca de los desconocidos vientos de la nueva era que están soplando, cada vez mas fuertes, y ha desarrollado una relación saludable con su hijo Ramón quien ha adoptado tres niños peruanos con su esposa Minerva.

Después que su esposa fue diagnosticada con demencia y un año mas tarde murió de tristeza gritando el nombre de Ramona, su hija perdida, Dr. Plutarco se ha vuelto un voraz defensor de la igualdad de derechos de matrimonio entre personas del mismo sexo y no se cansa de vociferar que las personas gays también son hijos de Dios. Peor aun, esta trabajando en una tesis para el Colegio de Teología Santus Peccatis, en la cual intenta probar la dualidad de la sexualidad de Dios. Segun Dr. Plutarco, y el punto principal de su tesis, Dios es hermafrodita nos guste o no, ya que hombre y mujer estamos hechos en su bella imagen. Mientras tanto, yo, en lo personal, no estoy muy de acuerdo con el Dr. Plutarco referente a la sexualida de Dios, y hasta me atrevería afirmar que ya se le están "pelando los cables." Me parece que si sigue con su afán, terminara como su esposa: Loco.

Que opina usted?

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